El uso de cebos en gel se ha convertido en el principal método para controlar las cucarachas en entornos urbanos, por su precisión y mayor seguridad. Sin embargo, sacar el máximo partido a esta herramienta es casi un arte, que conjuga un conocimiento profundo de la biologia y el comportamiento de estos insectos con la correcta elección y aplicación de cebos de alta atracción y apetencia. Asi lo explicó el entomólogo Steve Broadbent en PestEx 2019.
El comportamiento de las cucarachas, y sus implicaciones para el uso de cebos en el control de sus poblaciones, fue el tema de una brillante presentación del entomólogo Steve Broadbent en el Salón PestEx 2019, celebrado en Londres el pasado mes de marzo, de la que a continuación recogemos algunos aspectos.
El primer cebo comercial para controlar cucarachas en ambientes urbanos se vendió en 1896, en el Reino Unido y Estados Unidos, y consistia en fósforo agregado a una pasta de harina endulzada. Desde entonces, los cebos han evolucionado mucho, hasta llegar a los sofisticados geles, que se introdujeron en el mercado a finales de los 90 y que se han convertido en el principal método de control dentro de los programas de control de cucarachas urbanas.
En comparación con las formulaciones de pulverización residual, los cebos para cucarachas son generalmente menos tóxicos y dejan menos residuos, ya que se aplican en dosis bajas y precisas, directamente cerca de los refugios de las cucarachas o de sus áreas de actividad conocidas. En consecuencia, su uso se prioriza en ambientes sensibles como zoológicos, espacios infantiles, áreas eléctricas y en la industria alimentaria.
Aprendizaje y reconocimiento específico de nutrientes
Para que un cebo resulte atractivo en un entorno urbano, en el que existe una diversidad de fuentes de alimento disponibles, debe contener nutrientes limitados y únicos en el ambiente, ya que el valor nutricional de los alimentos tiene un impacto muy significativo durante el desarrollo y la reproducción de las cucarachas. Consumen carbohidratos principalmente durante la primera semana después de la eclosión, es decir, durante el primer estadio de vida y la cantidad requerida va disminuyendo en cada estadio posterior. En contraste, requieren proteína durante todas las etapas de la vida, aunque en una proporción menor
A pesar de tener una estructura nerviosa relativamente simple, con un cerebro formado por la fusión de tres pares de ganglios nerviosos, las cucarachas son capaces de seleccionar los nutrientes que necesitan para corregir las deficiencias nutricionales que surgen de alimentarse de fuentes de alimento desequilibradas. Y, al parecer lo consiguen a través de un proceso conocido como aprendizaje específico de nutrientes.
Aprenden cuales son los nutrientes que más necesita su cuerpo y luego los buscan. Este aprendizaje asociativo se ha reportado en Blatella germanica y Periplaneta americana, siendo capaces de asociar el olor de un alimento con las proteínas requeridas presentes en él.
Este hecho tiene gran importancia en el desarrollo de los cebos para cucarachas, ya que es vital tener dentro del cebo una fuente de alimento que proporcione una dieta completa y equilibrada, con todos los nutrientes requeridos por el insecto, para optimizar su éxito.
Normalmente en las matrices de los cebos se incluyen tres macronutrientes: carbohidratos, lípidos y proteínas, aunque es esencial incluir ingredientes adicionales para proporcionar una fuente de alimento completa. Los cebos que se basan únicamente en azúcares obtienen resultados mucho menos óptimos.
Atraer y estimular la ingestión del cebo
Además de un buen equilibrio nutricional, también son importantes para el cebo los elementos estimulantes de la atracción y de la apetencia, para conducir a la cucaracha hasta el cebo y para conseguir que consuma grandes cantidades de éste y del tóxico que contiene.
Es posible, pero difícil, que un alimento reúna estas dos características. Una sustancia atrayente no necesariamente estimulará la ingestión, y de forma similar, un alimento con gran apetencia puede no atraer a las cucarachas hasta el cebo. Introducir elementos que aporten una buena combinación de atracción y apetencia es clave para que el insecto ingiera suficiente cantidad del mismo.
La cantidad de cebo que el insecto consuma en una única ingestión es muy importante, especialmente si tenemos en cuenta los efectos tóxicos secundarios. Si la cucaracha consume suficiente tóxico, no solo morirá ella sino que se producirá la transferencia del veneno a otros individuos, ya que las cucarachas que consumen grandes cantidades de cebo defecan y regurgitan más sustancias que contienen el tóxico.
Los estimulantes de la ingestión a menudo son específicos de cada especie, aunque las mezclas de estas sustancias con frecuencia muestran efectos sinérgicos. Esto significa que, al combinar diferentes estimulantes podemos mejorar en gran medida el rendimiento de un cebo para cucarachas.
Las cucarachas no se alimentan al azar
Una vez más, la estructura simple del cerebro de las cucarachas sorprende por la complejidad de las actividades que pueden realizar estos insectos, de movimientos principalmente nocturnos, y el conocimiento que desarrollan respecto a su entorno.
Estudios realizados con Blatella germánica muestran que las cucarachas son totalmente conscientes de la distribución espacial de alimento y agua en su entorno localizado. Contrariamente a lo que pueda pensarse, estos estudios muestran que las cucarachas no se alimentan al azar, y que de hecho, son muy eficientes en sus desplazamientos entre los alimentos, las fuentes de agua y sus refugios.
Aunque las cucarachas viven en grupos agregados, se alimentan en su entorno de forma individual, utilizando el conocimiento que adquieren por si mismas. Y lo hacen mediante un proceso de integración de información, en forma de olores o señales visuales, adquiridos en excursiones de forrajeo anteriores, que les permite desarrollar su propio sistema de orientación. La cucaracha actualiza constantemente este conocimiento base, con la dirección y la distancia hasta nuevos puntos en su entorno, ya sean de alimento, agua o refugio, que quedan vinculados a señales olfativas y visuales.
En un entorno nuevo, en el que estas señales aprendidas están ausentes, las cucarachas alemanas exploran en un patrón aleatorio, que cubre todas las superficies accesibles en el entorno circundante. Una vez que encuentran una fuente de alimento interesante, integran su posición en su base de datos de navegación, vinculándola con señales visuales y olfativas, y relacionando su posición, en términos de dirección y distancia hasta su refugio. En futuras expediciones de forrajeo, se desplazaran directamente, más o menos tomando la ruta más corta, hasta la ubicación memorizada, lo que mejora enormemente su eficiencia en conseguir alimento.
Curiosamente, tienden a poner mayor énfasis en las señales olfativas cuando buscan fuentes de alimentos y en las señales visuales cuando regresan a sus refugios.
La edad marca el comportamiento
La actividad de forrajeo y el comportamiento de las cucarachas está determinado por su edad y el estadio vital en que se encuentran. Por ejemplo, las ninfas de estadios tempranos se alimentan de manera similar, mientras que las que se encuentran en el quinto estadio muestran patrones de integración del camino y evolucionan hacia un comportamiento de alimentación más eficiente.
Parece que cuando eclosionan por primera vez, las ninfas de primer y segundo estadio rara vez abandonan sus refugios. Sólo a medida que se desarrollan en estadios posteriores, se aventuran a ir más lejos. En el quinto estadio, son muy activas en proceso de integración de forrajeo y navegación.
Este es un aspecto importante a tener en cuenta para que el programa de cebado tenga éxito. En las poblaciones naturales de cucarachas, alrededor del 60% de la población consiste en ninfas. Por lo que es vital eliminar todas las etapas de ninfas, particularmente en el primer y segundo estadio, que podrían no ser el objetivo de un programa estándar de cebado en gel.
¿Dónde colocar el cebo?
Dado que sabemos que las cucarachas establecen redes complejas de información para conectar sus alimentos y fuentes de agua con su refugio, podemos intentar entender cómo perciben los cebos y cuál es su mejor ubicación.
Estudios realizados con Blatella germanica demuestran que las cucarachas prefieren alimentarse de un cebo de gel en lugar de una fuente de alimento anterior, cuando el cebo se coloca en una ubicación nueva, a aproximadamente la misma distancia de su refugio que su fuente de alimentación actual.
En cambio, cuando el cebo de gel se usa para reemplazar la fuente de alimento original en el mismo lugar, y también cuando el cebo de gel se coloca más lejos que su fuente de alimento original, las cucarachas ignoran el cebo en gran medida. Al reemplazar el alimento conocido con el cebo, las cucarachas notan una discrepancia y el resultado más probable es que eviten el cebo. Posiblemente identifican este cambio como una amenaza potencial y cambian su comportamiento para explorar y buscar una fuente de alimento más familiar, que coincida con su información almacenada.
Por lo tanto, la ubicación de los cebos es importante, independientemente de su palatabilidad.
Los cebos deben colocarse lo más cerca posible de los refugios de cucarachas, aplicados en muchas gotas pequeñas en múltiples ubicaciones. Esta disposición proporciona una mayor eficacia de control que simplemente colocar unas pocas gotas grandes o manchas de cebo.
Uno de los motivos para colocar diversos puntos de cebo es evitar el comportamiento agresivo entre las cucarachas. Los ejemplares dominantes protegeran de forma agresiva una fuente de alimento preciada y atacaran a otras cucarachas en etapas tempranas de la vida, o a individuos menos vigorosos, para defender su alimento.
Mientras que los individuos dominantes moriran después de ingerir la toxina, es poco probable que las cucarachas expulsadas de la fuente de alimento regresen a él, ya que habrán agregado esa experiencia a su base de conocimientos y se mantendrán alejados del área en el futuro.
Por lo tanto, los programas de cebado pueden obtener mejores resultados usando trampas de monitoreo para identificar la ubicación de los refugios de las cucarachas y luego colocar cebos cerca de estos lugares claramente identificados.